En su catequesis del día en San Pedro del Vaticano en febrero
de 2014 el Papa Francisco explicó la importancia vital de la Eucaristía para todo
fiel, que debe ser recibida los domingos en la Misa, porque es el corazón
y la fuente de la vida
de la Iglesia.
He aquí las palabras del Papa sobre la misma donde subraya el fundamento de la misma como 'Acción de gracias' (la misma palabra Eucaristía proviene del griego 'Eucharistos' que significa 'Agradecer'), uno de los elementos sobre los que el paso del tiempo había desdibujado y que recuperó con fuerza el Concilio Vaticano II:
“Queridos hermanos y hermanas buenos días,
Hoy les hablaré de la Eucaristía. La
Eucaristía se coloca en el corazón de la “iniciación cristiana”, junto al
Bautismo y a la
Confirmación , y constituye la fuente de la vida misma de la Iglesia. De este
Sacramento del amor, de hecho, nace todo auténtico camino de fe, de comunión y
de testimonio.
Lo que vemos cuando nos reunimos para celebrar la Eucaristía , la Misa , nos hace ya intuir qué
cosa estamos por vivir. En el centro del
espacio destinado a la celebración se encuentra el altar, que es una mesa cubierta por un mantel y
esto nos hace pensar en un banquete.
Sobre la
mesa hay una cruz,
que indica que sobre aquel altar se ofrece el sacrificio de Cristo: es Él el alimento espiritual que allí se
recibe, bajo el signo del pan y del vino. Junto a la mesa está el ambón, es decir, el lugar desde el cual se
proclama la Palabra
de Dios: y esto indica que allí nos reunimos para escuchar al Señor que
habla mediante las Sagradas Escrituras y, por lo tanto, el alimento que se
recibe es también su Palabra.
Palabra y
Pan en la Misa
se hacen una misma cosa, como en la última Cena, cuando todas las palabras
de Jesús, todos los signos que había hecho, se condensaron en el gesto de
partir el pan y ofrecer el cáliz, anticipación del sacrificio de la cruz, y en
aquellas palabras: “Tomen, coman, este es
mi cuerpo…tomen, beban, esta es mi sangre”.
El gesto
de Jesús cumplido en la Última Cena es el extremo agradecimiento al Padre por
su amor, por su misericordia. “Agradecimiento”
en griego se dice “eucaristía”. Y
por esto el sacramento se llama Eucaristía: es el supremo agradecimiento al
Padre que nos ha amado tanto hasta darnos a su Hijo por amor. He aquí
por qué el término Eucaristía resume todo aquel gesto, que es gesto de Dios y
del hombre juntos, gesto de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Por lo
tanto, la celebración eucarística es mucho más de un simple banquete: es
propiamente el memorial de la Pascua
de Jesús, el misterio central de la salvación. “Memorial” no significa sólo
un recuerdo, un simple recuerdo, sino que quiere decir que cada vez que
celebramos este Sacramento participamos en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Es por esto que normalmente, cuando nos acercamos
a este Sacramento, se dice que se “recibe la Comunión ”, que se “hace la Comunión ”: esto significa
que en la potencia del Espíritu Santo, la
participación en la mesa eucarística nos conforma en modo único y profundo a
Cristo, haciéndonos pregustar ahora ya la plena comunión con el Padre que
caracterizará el banquete celeste, donde, con todos los Santos, tendremos
la gloria de contemplar a Dios cara a cara.
Queridos amigos, ¡no agradeceremos nunca
suficientemente al Señor por el don que nos ha hecho con la Eucaristía ! Es un don
muy grande. Y por esto es tan importante
ir a misa el domingo, ir a misa no sólo para rezar, sino para recibir la
comunión, este Pan que es el Cuerpo de Jesucristo y que nos salva, nos perdona,
nos une al Padre. ¡Es hermoso hacer esto! Y todos los domingos vamos a misa
porque es el día de la resurrección del Señor, por eso el domingo es tan
importante para nosotros.
Y con la Eucaristía sentimos
esta pertenencia a la Iglesia ,
al Pueblo de Dios, al Cuerpo de Dios, a Jesucristo. Y no terminaremos nunca
de captar todo el valor y la riqueza. Pidámosle, entonces, que este Sacramento
pueda continuar a mantener viva en la Iglesia su presencia y a plasmar nuestras
comunidades en la caridad y en la comunión, según el corazón del Padre.
Y esto se hace durante toda la vida. Y se empieza
a hacer el día de la primera comunión. Es importante, que los niños se preparen
bien a la primera comunión y que ningún niño deje de hacerla porque es el
primer paso de esta pertenencia a Jesucristo, fuerte, fuerte después del Bautismo
y de la
Confirmación. Gracias".
http://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-es-hermoso-ir-a-misa-el-domingo-y-recibir-la-eucaristia-que-es-fuente-de-la-vida-14070/#.UvNYRWExoxw
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